Este año será recordado siempre entre los expertos en seguridad informática como "el año en el que empezó el baile". De hecho, fue el año en el que comenzaron a aparecer los fabricantes de anti-virus, creando una moda de lo que en principio sólo era un problema potencial. Los vendedores de software anti-virus eran pequeñas compañías, que ofrecían sus productos a muy bajo precio, en algunos casos gratuitamente. Fue en este año cuando la compañía IBM se dio cuenta de que tenía que tomarse el asunto de los virus completamente en serio. Esta conclusión no la tomaron debido a la incidencia del popular 'gusano del árbol de Navidad', de amplia difusión, sino porque IBM sufrió un brote del virus 'Cascade', y se encontró en la embarazosa necesidad de tener que comunicar a sus clientes que ellos también habían sido infectados. Desde este momento, el 'High Integrity Laboratory' de IBM fue el encargado del área virus.
En 1988 aparecieron, desde luego, múltiples rebotes de 'Brain', 'Italian', 'Stoned', 'Cascade' y 'Jerusalem'. Esto representó la prueba definitiva de la existencia real de los virus. Peter Norton, en una entrevista, había comentado que eran una leyenda urbana, como los cocodrilos de las alcantarillas de Nueva York, y un experto informático del Reino Unido llegó a proclamar que tenía la prueba de que los virus eran un producto de la imaginación de mentes calenturientas...
En aquel momento, cada nueva aparición de virus provocaba la aplicación de un análisis paso-a-paso.
El software existente era utilizado para detectar virus de sector de arranque, y solamente fue escrito un programa anti-virus, de manera excepcional, para afrontar los rebrotes de 'Cascade' y 'Jerusalem'.
Entonces, apareció
el virus
'Virus-B'.
No se alojaba en memoria residente, y resultó ser una modificación de aquel que borraba los archivos todos los viernes y 13. Cuando 'Virus-B' se ponía en funcionamiento, desplegaba el siguiente mensaje: "Warning! This program is infected with Virus-B!
It will infect every .COM file in the current sub directory!". Un virus que se manifiesta de una manera tan obvia, obviamente no puede ser tan pernicioso: evidentemente, se trata de la demostración de la forma de actuación de un virus, de ahí el mensaje.
A finales de 1988,
se dieron varios sucesos importantes. En primer lugar, se produjo la aparatosa intrusión del virus 'Jerusalem' en una importante institución financiera, que durante varios días se vio en la necesidad de 'limpiar' a conciencia sus bases de datos. Por otro lado, la compañía S&S impartió el primer 'Seminario sobre Virus', en el cual se explicó pormenorizadamente lo que era un virus y de qué forma actuaba. Por último, en enero del año siguiente rebrotó otra vez 'Jerusalem', como todos los viernes y 13, y se difundió ampliamente en diversas empresas e instituciones... Estaba clara la necesidad de una herramienta que permitiera limpiar masivamente los sistemas de cualquier virus en activo. El doctor Alan Solomon, consciente de esta necesidad, desarrolló un anti-virus, le añadió algunas herramientas que, según su experiencia, podían ser útiles, y creó de esta forma la primera herramienta anti-virus, 'Dr. Solomon's Anti-Virus Toolkit'.
A finales de 1988, 'Jerusalem' se había difundido de forma espectacular por España y Reino Unido.
Debido al comportamiento destructivo de este virus, los expertos llegaron a la conclusión de que era necesario habilitar algún tipo de alarma para alertar a los usuarios. Pero los medios de comunicación también entraron en el juego: la posibilidad de predecir la aparición de un virus cautivó su imaginación, y de esta forma la actividad de los virus informáticos traspasó las fronteras de las universidades y empresas de informática y llegó al usuario habitual de PCs.
En 1988 aparecieron, desde luego, múltiples rebotes de 'Brain', 'Italian', 'Stoned', 'Cascade' y 'Jerusalem'. Esto representó la prueba definitiva de la existencia real de los virus. Peter Norton, en una entrevista, había comentado que eran una leyenda urbana, como los cocodrilos de las alcantarillas de Nueva York, y un experto informático del Reino Unido llegó a proclamar que tenía la prueba de que los virus eran un producto de la imaginación de mentes calenturientas...
En aquel momento, cada nueva aparición de virus provocaba la aplicación de un análisis paso-a-paso.
El software existente era utilizado para detectar virus de sector de arranque, y solamente fue escrito un programa anti-virus, de manera excepcional, para afrontar los rebrotes de 'Cascade' y 'Jerusalem'.
Entonces, apareció
el virus
'Virus-B'.
No se alojaba en memoria residente, y resultó ser una modificación de aquel que borraba los archivos todos los viernes y 13. Cuando 'Virus-B' se ponía en funcionamiento, desplegaba el siguiente mensaje: "Warning! This program is infected with Virus-B!
It will infect every .COM file in the current sub directory!". Un virus que se manifiesta de una manera tan obvia, obviamente no puede ser tan pernicioso: evidentemente, se trata de la demostración de la forma de actuación de un virus, de ahí el mensaje.
A finales de 1988,
se dieron varios sucesos importantes. En primer lugar, se produjo la aparatosa intrusión del virus 'Jerusalem' en una importante institución financiera, que durante varios días se vio en la necesidad de 'limpiar' a conciencia sus bases de datos. Por otro lado, la compañía S&S impartió el primer 'Seminario sobre Virus', en el cual se explicó pormenorizadamente lo que era un virus y de qué forma actuaba. Por último, en enero del año siguiente rebrotó otra vez 'Jerusalem', como todos los viernes y 13, y se difundió ampliamente en diversas empresas e instituciones... Estaba clara la necesidad de una herramienta que permitiera limpiar masivamente los sistemas de cualquier virus en activo. El doctor Alan Solomon, consciente de esta necesidad, desarrolló un anti-virus, le añadió algunas herramientas que, según su experiencia, podían ser útiles, y creó de esta forma la primera herramienta anti-virus, 'Dr. Solomon's Anti-Virus Toolkit'.
A finales de 1988, 'Jerusalem' se había difundido de forma espectacular por España y Reino Unido.
Debido al comportamiento destructivo de este virus, los expertos llegaron a la conclusión de que era necesario habilitar algún tipo de alarma para alertar a los usuarios. Pero los medios de comunicación también entraron en el juego: la posibilidad de predecir la aparición de un virus cautivó su imaginación, y de esta forma la actividad de los virus informáticos traspasó las fronteras de las universidades y empresas de informática y llegó al usuario habitual de PCs.
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